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Mánager de Diomedes Díaz habla de las intimidades del ‘Cacique. José Zequeda, quien fue su confidente, publica el libro ‘Las últimas horas de Diomedes’.
El hombre que fue su mánager durante 15 años publica en su libro anécdotas que ni siquiera hacen parte del guión de la telenovela que emite el Canal RCN.
¿Cuál fue la historia más difícil de contar?
Las dos más tenebrosas ocurrieron el día en que por la muerte de Doris Adriana Niño la Corte ratificó el fallo del Juzgado 46, que le impuso 12 años de cárcel, porque significaba su fin artístico; y otro capítulo impactante fue la muerte del Cacique. Después del concierto estuve con él hasta la mañana del día siguiente, me despedí, él levantó la mano para despedirse y lo hizo para siempre.
¿Pensó que fue una sobredosis?
No, porque yo había estado con él hasta la mañana. Él murió de un paro cardiorrespiratorio.
¿Cómo fueron esos días de clandestinidad por el caso de Doris Adriana?
Trágicos, largos, con el calor de Valledupar, con mosquitos, sin las comodidades a las que Diomedes estaba acostumbrado. La persecución también fue fuerte. Así pasó tres años. Luego se enfermó y se debilitaron sus estados económicos. El pago del mismo proceso fue costoso, las críticas de la prensa… todo eso lo ponía mal.
¿Dónde se escondía?
Más que todo en la zona rural del norte de Valledupar y en el sur de La Guajira. En fincas de campesinos y sin comodidades. En quioscos, hamacas o dormía bajo los árboles, pero cuando se supo que la pena era de 12 años, lo convencimos de que se entregara.
¿Qué decía él de Doris Adriana?
Que no sabía si estaba muerta o viva, porque él no la mató.
Diomedes era muy incumplido…
Muchas veces estaba tomando y no le provocaba salir y al final lo hacía porque necesitaba el dinero. Decíamos mentiras. Tampoco iba a los juzgados donde lo demandaban por inclumplimiento en las cuotas alimentarias de sus veintitantos hijos, y si él no iba, lo declaraban confeso. Tocó hacer un poder notarial para que yo pudiera reemplazarlo. Cuando se dijo que una vaca se había atravesado y había causado el accidente en la carretera que lo mandó por varios días a la clínica, y que salió en los medios, lo que ocurrió fue que él estaba tomado y le quitó el carro al conductor.
¿Cómo le lidiaba las borracheras y el consumo de drogas?
Había un respeto entre los dos y Diomedes nunca consumía drogas delante de mí. Lidiarlo era una odisea, pero sus esposas me ayudaron mucho. Era difícil. Diomedes tenía un superego.
Dijeron que entre Luz Consuelo Martínez (exesposa de Diomedes) y usted lo mataron…
Lo primero que hicimos fue pedir una necropsia. Los médicos ya nos habían dicho que si seguía con los abusos de carne roja y trago, el resultado sería la muerte. La sorpresa fue que allegados inventaron que lo habían matado o empujado.
¿Qué contenía la maleta que él llevaba a todos los viajes?
Era una maleta llena de medicamentos que nos trajo problemas con las autoridades cuando viajábamos. El Cacique debía tomar ciertas medicinas después de la cirugía de corazón abierto, las del síndrome de Guillain-Barré, tampoco dormía sin pastillas, se hacía terapias respiratorias, se hidrataba con suero, y como era indisciplinado con las citas al odontólogo y los trabajos quedaban a medias, siempre llevábamos pegante porque comiendo, por ejemplo, se le caían los dientes.
Cristina Estupiñán
El Tiempo
