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Perfil del nuevo Rey Vallenato, Almes Granados «El Negro Grande de Mariangola»

En Mariangola, corregimiento de Valledupar que inmortalizó Escalona con el Cristo que regaló Pedro Castro a la iglesia del pueblo, estaban convencidos de que Almes Granados sería rey vallenato algún día, pero como mejor cajero.

En su juventud era tan obsesivo practicando la caja vallenata que, por lo menos, le rompió 20 ollas a su madre con los golpes que le daba.

Sin embargo, a los 20 años se le ‘rebeldizó’ a la caja y en un arranque de inspiración tomó el acordeón de su hermano Ovidio y, en un día, le sacó las primeras notas del ‘Tigre de la montaña’, de Pacho Rada.

Granados hace parte de una dinastía que ha ganado en total siete festivales en diferentes categorías: Hugo Carlos la encabeza, con cuatro títulos (rey aficionado, rey profesional, rey de reyes aficionado y rey de reyes profesional), Juan José (rey profesional), y ahora Almes, en la misma categoría. Además, Ovidio, padre de los dos primeros y hermano del actual rey, ocupó en cuatro ocasiones el segundo lugar.

Almes Granados se acostó el domingo a las 7 de la mañana y a las 10 ya los amigos, familiares y seguidores lo habían despertado para celebrar el título obtenido.

Por lo menos 50 personas se encontraban en su residencia, ubicada en el barrio Garupal, de Valledupar, la mayoría proveniente de Mariangola, el pequeño corregimiento que más reyes le ha dado al folclor vallenato.

Chicharrón con yuca, whisky escocés y música vallenata a todo volumen amenizaban el momento en la humilde vivienda del nuevo rey del festival.

«La herencia musical de los Granados proviene de Juancito Granados, mi abuelo y el de Ovidio, quien era un excelente ejecutante de puyas», afirmó el nuevo rey.

Padre de siete hijos y de 52 años de edad, Almes considera que el hecho de haber sido el mayor de los hijos nunca lo amilanó. Por el contrario, se dio así mismo ínfula de maestro, y a fe que lo consiguió.

Para Hugo Carlos Granados, sobrino y con cuatro coronas distintas, la preparación y disciplina fueron las claves para el triunfo de su tío.

«Estamos desde enero dándole, practicando varias horas, y aunque respetamos su paciencia y veteranía, tanto Juan José como yo lo aconsejamos para que mejorara la agresividad y el pique, y se hizo.

«A nivel de pulsación estaba bien, porque él es de los que tocan el llamado ‘acordeón grueso’, pero había que mejorar en los piques, sobre todo en las puyas», señaló.

Almes reconoce que tenía algunas debilidades en el toque de la puya, pero la práctica que hizo desde enero superó las falencias.

Otro de los temores que tenían los hermanos Granados era el asunto del canto, obligatorio para el acordeonero en por lo menos uno de los 4 temas que presentara, pero la sorpresa mayor fue cuando Almes terminó cantando los cuatro ritmos.

«Me tomé una confianza única y decidí cantar todos los temas; creo que eso también me ayudó», le dijo a EL TIEMPO el nuevo rey.

Granados interpretó el paseo ‘El malherido’ de la autoría de Leandro Díaz; el paso ‘El pobrecito’, de Ovidio Granados; la puya ‘Los parecidos’, de Andrés Beleño, y en son ‘El soncito’, de Calixto Ochoa.

Granados confesó que su contrincante más duro fue Manuel Vega, de Cartagena, pero según sus palabras, éste al final flaqueó.

Ese hecho, inusual en estos tiempos, también reafirmó el apodo con el que es conocido en Valledupar: ‘El Negro Grande del Vallenato’, en honor a Alejo Durán, quien no dejaba que otro cantara sus canciones en el festival.

Sin embargo, Granados confía en que, de ahora en adelante, el apelativo cambie por uno más sonoro y propio: ‘El Negro Grande de Mariangola’.

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La familia del Rey. Los Granados de Mariangola

Mariangola está de fiesta, su hijo  Almes José Granados Durán, con la casta de su dinastía se coronó el rey  de la versión 44º del Festival vallenato. Y reafirma la familia de los Granados, su presencia triunfadora en la historia del Festival; ya en 1968, Ovidio Granados, había inscripto su nombre al ocupar el segundo puesto, detrás del legendario Alejo Durán, y  por ser el acordeonero del famoso conjunto de Los Playoneros del Cesar.  A Ovidio le fue esquiva la victoria de rey, pero sus  hijos, Juan José y Hugo Carlos si disfrutan las mieles de esas coronas,  y  de rey de reyes para Hugo.

El asiento terrenal de la familia Granados es Mariangola, pero su vena musical procede de tres estirpes de pueblos vecinos. Su abuela materna, Camila Durán, nativa de El Paso, prima hermana del padre de los reyes vallenatos Alejo y Náfer Durán. Ella llegó en los años de 1930 con su esposo Ambrosio Melo, y de esa unión nace varios hijos, entre ellos, Isabel, la madre de Ovidio, Almes y Adelmo (rey cajero). Del tronco paterno es el reconocido juglar de Camperucho, Juancito Granados, que en la segunda década del siglo XX, solía llegar a Mariangola a tocar en las fiestas de Santo Cristo que celebraba Feliciana Castañeda. Y en una de esas parrandas conoce a Angela Ochoa, pariente cercana del rey vallenato,  Calixto Ochoa. De la unión de Juancito y Angela, nacen tres hijos, entre ellos, Juan, cajero reconocido, y  con Isabel dan origen a esta dinastía musical, orgullo de Mariangola y de la música vallenata.

Ovidio desde niño mostro su vocación musical, mientras sus hermanos menores se preparaban para acompañar a su padre a las faenas de corrales y las vaquerías, él, se antojaba de ensayar el acordeón; también como un pretexto para evitar la dureza de los oficios de vaquerías. Cuando era un joven mayor, solía ir a Caracolicito, donde el viejo Ismael Rudas, y con él inicia el aprendizaje del arreglo de los acordeones.  Uno de sus primeros acordeones era de su primo Martiano, quien murió en Mariangola el 29 de abril de 1983, cuando Ovidio estaba en plena competencia en el Festival, éste suceso lamentable lo afectó tanto, que no pudo tocar con la armonía y la destreza de su talente, y el sueño de coronarse rey ese año, fue relegado a un segundo lugar.

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