«Para aprender a tocar acordeón no se necesita hacerlo desde niño. La aptitud y las ganas de sacarle unas buenas notas a ese instrumento,bastan para convertirse en acordeonero».
Con estas palabras describe Manuel Vega lo que ha sido su experiencia tocando acordeón, lo que lo ha hecho merecedor de innumerables premios en los diferentes festivales del país.
El último concurso en el que participó no fue la excepción. Manuel es ahora el ganador del XXVIII Festival de Acordeones de Chinú – Córdoba, lo que lo llena de orgullo y empuje para seguir participando en más certámenes como este, ya no solo en Colombia, sino también a nivel internacional.
“Ahora me estoy preparando para viajar a Monterrey en México el 27 de noviembre, para seguir dejando en alto el nombre de Cartagena y Colombia”, dijo.
Para Manuel Vega, lo más importante es seguir trabajando para afinarse en el toque, pero sobre todo, tiene claro que transmitir sus conocimientos es vital para que el vallenato siga siendo la música preferida por muchos.
Por eso ha entregado parte de su tiempo a la preparación de jóvenes y niños en el arte de tocar el acordeón para que las futuras generaciones tengan segura una cuota de la música vallenata.
“Con mi escuela lo que busco es transmitir mis conocimientos y que la tradición del vallenato se siga cultivando”.
«Ganar el Festival de Valledupar es de suerte»
Manuel ha participado en más de una ocasión en el festival de La Leyenda Vallenata de Valledupar, y asegura que si bien es cierto que la destreza para tocar el instrumento es necesaria para ganar la corona de rey vallenato, lo más importante para obtener este título es la suerte.
“Creo que lo que se necesita es suerte y tal vez eso me ha hecho falta, pero me seguiré presentando hasta cuando pueda conseguir mi corona”.
Ya no tiene la cuenta de los festivales de la Leyenda en los que se ha presentado y menos de los títulos que ha conseguido tocando el acordeón, sin embargo conseguir la corona de Rey Vallenato seguirá siendo su apuesta.
“La disciplina y la entrega han sido siempre mi bandera para participar en estos concursos y para el próximo años vamos a seguir sudando la camiseta”.
Los alumnos
Las tardes de Manuel Vega son repartidas entre sus alumnos, a quienes ha enseñado que el vallenato es de esos ritmos que no tiene fecha de vencimiento. El trabajo con ellos es su mejor premio y es lo impulsa a seguir avanzando.
Los hermanos López; Brayan Adonay y Miguel Angel, son sus alumnos más pequeños.
Brayan con solo 11 años de edad toca el acordeón y ya cuenta varios premios en su arte. Uno de sus últimos premios fue el tercer puesto en el Festival Bolivarence de Acordeones en Arjona – Bolívar.
“Fue algo que conseguí por mi entrega, yo siempre le saco el tiempo a mis clases y en cualquier momento del día me pongo a tocar mi acordeón”, dice el pequeño, que junto a su hermano Miguel Ángel, quien canta y toca la guacharaca, componen un dúo entretenido que aspiran a consolidar.
Otro de los alumnos de la Escuela Manuel Vega es el joven Alvarito Vega, sobrino del maestro, quien asegura que su vocación por este arte le corre por las venas.
“Yo siempre estoy con mi tío y trato de aprender lo más que puedo para seguir con la tradición”, asegura Alvarito que le apuesta a conservar el arte.