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Alberto Fernández, el verdadero precursor del canto vallenato

De que un Villanuevero y una riohachera hayan engendrado al primer cantante de música vallenata  es otro de los factores que ayudan a sustentar la tesis de que este género entró por la península, aunque este argumento no puede negar que en Valledupar aparte del patronímico que lo inmunizó, se le dio el asilo y el diplomado para que hoy sea el referente musical de la Nación.

A este cantor pionero, la misma historia local lo ha soslayado, y le ha tocado profetizar en latitudes foráneas, como en Bogotá y Miami, donde reside ó en Argentina a donde se fue por unos días y se quedó diez años mostrando el vallenato.

Se trata de Alberto Fernández Mindiola, quien a sus 85 años sigue parado entonando con bravura una voz de gigante como su misma estatura, apegado a la guitarra como el último  ‘mohicano’ de las cuerdas, defendiéndola como un instrumento  con derecho en la evolución autentica del folclor.

El ‘Colón’ de Escalona

Fue Fernández Padilla, el puntal para que las canciones de Rafael Escalona descollaran en el gusto popular, se ‘atrincheraron’ ambos en las aulas del Colegio Nacional Loperena en donde estudiaban, allí empezó el despegue de un repertorio al que le llovían las criticas incluso hasta del mismo padre de Alberto Fernández quien no aprobaba la inclinación de su hijo.

Si bien sus padres eran tan guajiros como el almirante Padilla, se asentaron en Atánquez en donde la prole nació y creció con el fértil abono de la Nevada y rodeados de la espiritualidad de los Kamkuamos, allí su voz se ejercitó con la instrucción de la ninfa eco que le devolvía su entonación desde las faldas de la serranía.

En el año 1946 llegó al Loperena, para ese entonces rodeado de potreros en donde después de cantar con Rafael Escalona, salían al recreo a merendar con las patillas que nacían silvestre en esos alrededores.

Esta leyenda viva del vallenato, después  de soportar las críticas por entonar una música considerada ‘corroncha’ por la sociedad de la época, se fue para Barranquilla a laborar en una joyería, herencia que debía seguir ya que su padre era un experto joyero, pero terminó moldeando filigranas pero en el pentagrama del canto vallenato.

La unión con Bovea

“Una vez salía de una iglesia en la calle de las Vacas en Barranquilla cuando en una esquina había una parranda, me acerqué y me di cuenta que era Bovea y sus Vallenatos, me le presenté, le dije que yo era Alberto Fernández, que venía de Valledupar y me sabía toda la música de Escalona, y enseguida comenzó la cosa que duró muchos años”

Si bien este vocalista atanquero se paseó por todos los escenarios de Colombia y parte del mundo cantando vallenatos con guitarras, su voz hizo parte de las principales orquestas de los años 50, 60 y parte de los 70 marcando éxitos con agrupaciones como Don Américo y sus Caribes, Edmundo Arias, ‘Pacho Galán’, Lucho Bermúdez, José del Carmen Guerra y tantos otros.

Fernández considera que el folclor vallenato tiene una deuda con él, recuerda que Consuelo Araujo en una ocasión le hizo un reconocimiento pero argumenta que todavía  le falta más, en ese sentido se siente más agradecido de Barranquilla en donde el año pasado le otorgaron el ‘Congo de Oro’ por haber grabado el tema ‘Te Olvidé’ que hoy es considerado el himno de los carnavales.

“Este tema lo grabé en el año 1954, este no estaba previsto para que lo cantara yo, se lo tenían reservado a Tito Cortés quien para la época estaba bien pegao, así lo habían establecido Peñaloza, el autor, y Curro  Fuentes de la disquera, pero resulta que Tito Cortés llegó en una borrachera tremenda y pasado de quizás que  a la emisora Nuevo Mundo en donde se iba a grabar en Bogotá, entonces me llamaron a la casa a las 11 de la mañana y a las 12 ya estaba el disco grabado”.

Fuente. Vanguardia Valledupar

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