Israel Romero y Rafael Orozco estuvieron juntos por más de veinte años en giras, estudios de grabación y parrandas. Hablar con Israel es descubrir la historia reciente del vallenato en Colombia con la primera marca registrada de vallenato romántico, que traspasó las fronteras del Caribe para escucharse por todo el país y en el exterior. Las anécdotas de giras, los trajes brillantes del Binomio de Oro, el concierto en el Madison Square Garden, la búsqueda de un nombre para el grupo inspirados en Los Melódicos y la Billo´s Caracas Boys y el día de la muerte de su compañero de escenario son algunos de los recuerdos que revive este acordeonista.
Israel, o el ‘Pollo Romero’, apodado así por el compositor Daniel Celedón en una canción, creció en medio de músicos en Villanueva (Guajira). Su padre era técnico de acordeones y los mejores juglares de la región visitaban su casa para reparar sus instrumentos. “En Villanueva, una población de 35.000 habitantes, han nacido por lo menos 170 acordeonistas, entre los que se cuentan Emiliano Zuleta, Chiche Maestre, Bolañito…Desde que yo tengo uso de razón, desde que me conozco estoy tocando acordeón”, dice Israel.
Orozco y Romero se conocieron por primera vez en Manaure-César, pero la idea de tocar juntos nació en una fiesta, en el cumpleaños del compositor Lenin Bueno Suárez, en 1976. Se habían visto en un colegio en Manaure, César, donde Orozco tocó en una fiesta. “Estaba muy pelado todavía y yo también. Me intereso hablarle al más joven del grupo. Después grabó él y luego yo, él se hizo famoso por su lado y yo por el mío. Después vino la amistad, que nació en una parranda en un cumpleaños de Poncho Zuleta, pero fue en un cumpleaños de Lenin Bueno Suarez, un gran compositor, donde nació el Binomio de oro. Ese día dijimos: Vamos a grabar”. Cada uno tuvo que romper contratos previos con Codiscos para formar este grupo, inspirándose en los sonidos y la estética de Los Melódicos y la Billo´s Caracas Boys. Entre risas, el Pollo Romero cuenta la historia detrás del nombre del nuevo grupo que estaba entre La Pareja ideal y el Binomio de Oro:
“Rafa y yo llegamos allá con la idea de tener una razón social, que no fuera como siempre decían Israel Romero y su conjunto, si no que fuera una razón social, pero daba miedo hacerlo porque era un riesgo. Nosotros teníamos dos nombres: La Pareja ideal y el Binomio de oro. El de la disquera dijo que la Pareja Ideal sonaba como raro (risas). Era mejor el Binomio de oro”. El nombre pegó y se convirtió en la escuela del vallenato en Colombia.
Mientras en los bailes familiares de los ochenta en Colombia sonaban canciones como Al ritmo de cha cun cha, Solo para ti, La Creciente, Nostalgia, Muere una flor, el Binomio de Oro hacía giras internacionales a Venezuela, Aruba, Curazao y Estados Unidos. Uno de sus recuerdos más felices es el de su presentación en 1981 en el Madison Square Garden junto a El Gran Combo de Puerto Rico, Johnny Ventura y Los Corraleros del Majagual: “Salúdame a Barranquilla”, nos decían.
Junto a las letras románticas, las dedicatorias a Clara y el baile zapateado de Orozco, también estaban las camisas de colores y las chaquetas brillantes que hacían parte de la identidad del grupo. El encargado de diseñar los trajes y dar ideas al Binomio de oro sobre su vestuario era Julio Torres y su compañía, Gingi House de Barranquilla. “Nosotros vestíamos para esa época muy acorde a cualquier parte del mundo, inclusive una vez cuando llegamos a Nueva york ese día con la pinta que llevábamos nos miraban y nos decía: ‘Oh, The Jackson Five’ (risas). Pero ya después se cambiaron los conceptos de la ropa y se acabó todo ese brillante que teníamos”, dice Israel quien todavía conserva la mayoría de los trajes que usaron juntos como recuerdo de su amigo.
El 6 de junio de 1992 en Cúcuta sería el último concierto del “Orgullo de Becerril”, como le decían a Rafael Orozco y del acordeonista de Villanueva. Cinco días después de esta presentación Orozco fue asesinado en su casa en Barranquilla. Israel estaba todavía en Cúcuta cuando se enteró de la noticia. Rafael lo llamo a las 5:30 p.m. de ese día para que, al regresar a Barranquilla, le llevara música del cantante Alfredo Sadel. En la noche Israel salió a comer a un restaurante al lado del hotel. En esa época no había celulares y un empleado fue a buscarlo por una llamada urgente, que recibió en el lobby. Al otro lado de la línea, entre la lágrimas, una amiga le dijo: “Mataron a Rafa”. Entonces, Romero comenzó a repetir: “dime que está herido, dime que está herido”.
Ahora Israel prepara una gira con la tercera generación del Binomio de Oro por Ecuador y Estados Unidos, sigue viajando con su acordeón azul marca Hohner y antes de dormir escucha a la pianista rusa Valentina Lisitsa. Todavía conserva los trajes de aquella época con Rafael Orozco y solo vio el primer capítulo de la novela que relata la vida de su amigo. Prepara una nueva edición del Festival Cuna de acordeones en su tierra para recordar la puya, el merengue, el son, el paseo, la romanza y ver a la nueva generación de la dinastía Romero.
Escrito por: Laura Quiceno
Fuente: Kien y Ke
Que entrevista tan mediocre.
jajajajaja estoy totalmente de acuerdo le falta mas profundizar