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Hermosos cañaguates florecidos en Valledupar

Durante todo el año Fidelia Vásquez, se la pasa regando los palos de Cañaguate en el Parque de la Leyenda Vallenata ‘Consuelo Araujonoguera’, para que entre los meses de enero y febrero la premien cuando florecen.

No hay mayor alegría para esta mujer trabajadora y sencilla que ver “sus palitos”, como los llama, se conviertan en el gran atractivo de todos los visitantes por el intenso color amarillo de las flores.

Esa es su mayor recompensa y cada día ruega que permanezcan con el paso del tiempo, pero llega el día que se caen las flores y queda el recuerdo de esa belle época del año.

Así como ella son muchas las personas que se dan a esa tarea para ver a Valledupar vestida de amarillo y que los poetas y escritores puedan darse sus licencias con ese bello estado de la naturaleza.

Precisamente el profesor José Atuesta Mindiola indica que “Las flores de Cañaguate abren sus envolturas con las brisas de enero, la belleza de su esplendor oculta los demás colores. El amarillo encendido es la esencia de la luz. Para los ciegos es el último color que se aleja de su retina. Para la pintura el amarillo es un color primario, al igual que el rojo y azul; es  cálido, da la impresión de avanzar hacia el espectador y transmite una sensación de cercanía. Detenerse a observar un Cañaguate florecido es levitar en la magia de la luz”.

Sobre el esplendor amarillo en las flores de los arboles de Cañaguates lo estudiosos de la física dicen que ese color es fenómeno luminoso, y explican que la luz que viene del sol es una mezcla de siete colores (los del arco iris: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, índigo y violeta).

Cada color tiene una longitud de onda específica. Las estructuras moleculares de las sustancias presentes en las envolturas florales del Cañaguate absorben las longitudes de ondas de seis colores, menos la del color amarillo, que la rechazan o reflejan y por eso toman esa coloración.

De esta manera cuando este árbol florece en pleno verano, teniendo la cualidad que se la pasa dormido durante 10 meses, su brillo es más intenso y sus flores se ven radiantes.

Los Cañaguates adornan a la Capital Mundial del Vallenato y producen esa alegría inmensa, tal como lo dijo Fidelia Vásquez, después de regarlos. “Esta es agua bendita para que florezca a su debido tiempo y hagan feliz a la vista en medio de tantas cosas tristes de la vida”.

Dos canciones

Dos canciones de tantas que han nombrado a este bello árbol, hacen mayor énfasis en su belleza natural. Se trata de ‘Arbolito de Cañaguate’ y ‘Ay hombre’ de la autoría de José Garibaldi Fuentes y Jorge Celedón, respectivamente,  que en su momento ocuparon lugares de honor, especialmente la última la cual se convirtió en éxito nacional e internacional.

El primero fue el versátil compositor José Garibaldi Fuentes, nacido en Guamal, Magdalena, pero Barranqueño por adopción, quien tuvo a bien rendir homenaje al arbolito de Cañaguate, donde se inspiró en medio de sus ramas donde en un nido dormían dos polluelos y su corazón cantaba bajo el manto azul del cielo. La canción la grabaron en la década del 60 Los Caporales del Magdalena en la voz de Alfredo Gutiérrez.

Arbolito de Cañaguate
con sus flores amarillas,

sigue adornando las calles
de mi tierra tan querida.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=1NvaX3d5w40]

Después un joven cantor enamorado dice que a ella no puede olvidarla y le pide a un hermoso Cañaguate florecido que la aconseje y ella vuelva al redil del amor, ya que ni el adiós le quiso aceptar. Ese es Jorge Celedón, quien hace 10 años sorprendió al mundo con una canción en aire de son donde el protagonista es ese milagro bello de la naturaleza que adorna a Valledupar.

Hermoso Cañaguate florecido
si pasa dile que deje el afán,
por favor embellécele el camino
que pise de tus flores al andar.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=srCnwg2U17I]

Cañaguatero de pura cepa

En medio de este paisaje natural aparece el alcalde de Valledupar, Fredys Socarrás Reales, quien tiene como ilustración de su logo institucional un cañaguate florecido, para indicar que “Es la expresión de la vallenatía, de nuestra historia, de nuestros ancestros y lo que nos mantiene despierto ese anhelo de mantener las costumbres y principalmente la originalidad”.

Después de su disertación la primera autoridad de Valledupar, sorprende al decir que en poco tiempo se tendrá un monumento al árbol de Cañaguate, para que todos los días del año esta querida tierra florezca en medio de los cantos vallenatos, esos que marcan el camino para que la felicidad tenga su nido en una flor amarilla que cuelga del más grande sentimiento.


Foto: Edgar de la Hoz

Escrito por: Juan Rincón Vanegas

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