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El cantante que dejó su tierra por chismes de drogas y homosexualidad

Para hacerles ‘el quite’ a los comentarios, el cantante Fabián Corrales se fue de Valledupar, se pegó de Dios y vuelve al ruedo con un nuevo CD.

Hay cosas que a veces desconciertan. En el vallenato se maneja mucho el chisme y eso da duro. Uno como que pierde fuerzas y se desencanta, pero hay un amor muy grande, que es el de Dios, que te renueva las ganas y aquí estamos de vuelta con La tienda de mis canciones, mi álbum número 18. El sencillo de lanzamiento es ‘Chao contigo’, una canción inspirada en la historia de amor y separación de un colega”. (Escucha el CD ‘La Tienda De Mis Canciones’ de Fabián Corrales)

Han pasado dos años desde que el cantautor Fabián Corrales y su acordeonero Nano publicaron su anterior trabajo. Parece un promedio normal entre un lanzamiento y otro, pero detrás de esto hay más que un periodo de composición o de búsqueda de canciones. “Cuando dicen mentiras uno se deprime porque no sabe a quién reclamarle. Uno pregunta quién lo dijo y comienza la cadena de cuentos. No estuve de clínica ni nada por el estilo, pero lo llamo estar deprimido porque me achanté y se me quitaron las ganas. Pero me reconforté visitando iglesias, volví a coger fuerzas y entendí el mundo espiritual”.

¿Cómo fueron esos días de depresión?

El desánimo afectó mucho mi parte artística, y hablo de cantar, porque seguí componiendo. Se perjudicó mi parte económica porque si antes hacía 15 presentaciones al mes, por esa época tenía cuatro, y eso mentalmente también trastorna.

¿Qué lo desencantó?

¡Los chismes! Cuando uno tiene familia, esposa e hijos, lo último que quiere es que lleguen a sus oídos, y lo peor es que son mentiras.

¿Qué dijeron de usted?

¡De todo! Hay colegas que buscan cómo bajarlo a uno del pedestal y conmigo lo lograron. No me defendí y de pronto las cosas hicieron mella, pero Dios resarce al que tiene la razón, y al final la he tenido.

¿A qué cosas se refiere?

Han dicho de todo. Por ejemplo, hablan de drogas, de la orientación sexual de uno… un poco de pendejadas. Aunque muchos tratan a las mujeres de chismosas, los más crueles son los hombres; porque si uno como artista le gusta a la pareja de ellos, salen ardidos a decir que uno es marica. Hablan lo que quieren y se forman cadenas. La gente no averigua sino que lo da por hecho y eso afecta.

De lo que dijeron, ¿qué es cierto y qué es mentira?

Todo es mentira. Desde que me metieron en esos chismes no dije palabra alguna por cuidarles la mente y el corazón a mis hijos. Me mudé para Bogotá hace un año y salí de esa olla caliente que es Valledupar. ¡Aquí estoy tranquilo!

¿Y cómo supo que estaba en boca de todos?

A mi esposa le decían cosas en la calle y a mi hija en su colegio. La gente es cruel y al ser figura pública estás expuesto a no caerle bien a todo mundo.

Por culpa de los chismes los matrimonios peligran…

Este cuento tiene años. Con mi esposa he tenido problemas y ella ha tenido razón porque fui infiel. Tengo dos hijos fuera del matrimonio y los chismes van y vienen, pero ella me perdonó y sabe en el fondo que la quiero, igual que a mis hijos, y tiene claro la persona que soy.

Es distinto que digan que el esposo pone cachos a que es ‘gay’

Si la mujer no cree en su esposo es muy jodido, y que la mujer de uno, dude de su sexualidad cuando incluso ha habido infidelidades de por medio, es terrible. Ella sabía que eso era chisme. Mis hermanos y mi familia saben quién soy y de eso no se duda.

¿Qué piensa de la homosexualidad?

Cada quien con su cuento. El que sea marica que lo sea… tengo amigos gais y no los discrimino. Ellos verán…

¿Y si un hombre le propone?

Hasta allá tampoco… (se ríe). Él que es hombre es hombre hasta el final, y así soy yo.

Cristina Estupiñan Ch.
El Tiempo

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