De la vida del Cacique de La Junta seguiremos descubriendo por muchos años anécdotas llenas de cariño e ironía. Una de las más interesantes a nivel musical tiene que ver con la rivalidad que existía entre dos gigantes del folclor vallenato en su momento: Diomedes Díaz y Rafael Orozco.
La historia sustentada en revelaciones del manager Joaquín Guillen fue expuesta por el periodista Alberto Salcedo Ramos durante un conversatorio organizado en las fiestas de Valledupar y en el que también participó el compositor Rosendo Romero.
El periodista Alberto Salcedo Ramos explicó que Diomedes Díaz descubrió muy pronto que era el número uno de la música vallenata. Su confianza, su dominio del escenario y don de gentes le habían llevado muy rápidamente a ganarse un público de incondicionales.
Sin embargo, algo pasaba cada vez que Diomedes debía compartir escenario con Rafael Orozco. “Cuando aparecía Rafael Orozco, él [Diomedes] dudaba. Ya no sabía si era el número uno. ¡Se acomplejaba!”.
El efecto era tan notable que enseguida se veían afectados su humor y su forma de hablar. El Cacique de la Junta, de repente, se volvía taciturno y buscaba refugiarse en un lugar para evitar a su contrincante musical.
“Cuando aparecía Poncho, él le mamaba gallo. Le decía “compadre” y compartía bromas. Lo hacía también con Jorge Oñate, pero no con Rafael Orozco”, explicó Alberto Salcedo Ramos. Y ese cambio de humor también lo confirmó el exrepresentante de Diomedes Díaz, Joaquín Guillén, quien relata que Diomedes dejaba de comer cuando tenía que presentarse en el mismo lugar que Rafael Orozco. Incluso, se acostaba en una sala aislada durante horas sin querer salir.
La situación llegó a tal punto que, un día, Joaquín Guillén tuvo que acercarse a la cama del cantante para ponerle las medias. Luego le dijo: “Compadre alístese que allí la gente lo está esperando. La gente está preguntando por usted”.
En ocasiones, Diomedes podía soltar comentarios sorpresivos que dejaban entrever su estado de malestar: “Yo no soy un cantante de chaqueticas y maricadas [como Rafael Orozco]. ¡Yo soy cantante de voz!”, decía para afirmarse ante sus amigos y conocidos.
No obstante, el Cantante de la Junta desconocía una verdad que reveló Rosendo Romero a Alberto Salcedo durante un almuerzo. “Si yo hubiera sabido eso, yo le hubiera arreglado la vida a mi compadre Diomedes””, explicó el célebre compositor.
“¿Por qué?, preguntó Alberto Salcedo.
“Yo le hubiera contado cómo se ponía Rafael Orozco cuando le tocaba compartir escenario con Diomedes. No comía, no desayunaba, y se ponía de mal genio…”, respondió Rosendo Romero.
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