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Con acordeón celebraron los 75 años del palo de mango

El legendario palo de mango en la plaza Alfonso López de Valledupar llegó a sus 75 años de existencia. Para celebrarlos, los lugareños y autoridades civiles se dieron cita desde las nueve de la mañana de ayer en el escenario, y debajo de su sombra, le cantaron su cumpleaños, acompañados de las notas del acordeón del actual Rey vallenato, Fernando Rangel.

Hubo duelo de versos, aplausos y remembranza de sus inicios, cuando el ganadero y agricultor Eloy Quintero Baute, decidió sembrarlo en compañía de sus amigos Luis Suárez, Tránsito Estrada Barreto Braulio Nieves, Rafael Guillén y Antonio Caballero. Llegaron con la planta traída de la finca Bélgica, sin imaginarse que con el paso de los años este árbol se iba a convertir en ícono de los vallenatos.

Efraín Quintero Molina, nieto de Don Eloy, y miembro directivo de la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata, que organizó el festejo, dijo que “aquí vimos nacer el Departamento del Cesar en 1967 cuando el presidente Lleras vino a inaugurarlo y lo entregó a manos de nuestro primer gobernador Alfonso López Michelsen para que siguiéramos construyéndolo como una tierra próspera. Aquí nació el Festival Vallenato, aquí debajo del palo de mango, la gente se da cita para tertuliar, esperar un espacio para hablar con el alcalde; aquí han nacido chismes y aquí hemos visto crecer a la ciudad”.

Símbolo de pertenencia. El alcalde Fredys Socarrás se sumó a la celebración y con unas cortas palabras, señaló que el palo de mango es un símbolo para Valledupar y sus habitantes. “Cuando Don Eloy Quintero lo sembró no pensó que estaba proyectando una figura que alimenta nuestro sentido de pertenencia. Aquí han estado nuestros antepasados y se ha creado la historia de este Municipio y del Cesar”, indicó.

“Estar aquí celebrando el cumpleaños 75 del palo de mango es una muestra de vallenatía, no solo de los que nacieron aquí, sino de quienes viven y se han radicado en esta ciudad. Quiero agradecerle a ese gran baluarte de nuestra historia, por haber sembrado y cuidado este árbol que hoy es nuestro orgullo”, puntualizó.

Hoy, el palo de mango tiene tres metros de grosor y 20 metros de altura, aproximadamente, y se debe al cuidado que con el paso de las décadas le han dado las generaciones de vallenatos que quieren a su tierra, desde la época de Don Eloy Quintero hasta la actual han pasado personajes como Darío El Turco Pavajeau, que se encargaba de regarlo; Rodrigo Montero, quien lo salvó porque se estaba secando y como ingeniero forestal descubrió que el problema estaba en las raíces, inventó un abono y revivió el palo de mango, según contó el locutor Jaime Pérez Parodi.

Entre sus tutores también está el periodista Crispín Eduardo Rodríguez, quien señaló que primero se convirtió en un investigador de los orígenes del árbol, después organizó un grupo de amigos que crearon una cruzada con el entonces alcalde Elías Ochoa Daza para preservarlo.

En sus inicios, dijo el también periodista, Juan Rincón Vanegas, que “el cuido del pequeño árbol consistió en echarle abono-estiércol de chivo, caliza y cisco de madera, y regarlo con agua diariamente, tarea que se turnaba Eloy Quintero y sus compañeros; con el paso del tiempo lo vieron robustecerse”.

“El palo de mango se la ha pasado creciendo, dando frutos y, en ese lugar de la plaza Alfonso López, ha servido durante muchos años como punto de referencia para quienes se ponen citas de negocios, encuentros amorosos, tertulias políticas, centro de comentarios censuradores o halagos a las administraciones municipales, cuyo palacio está al frente”, sostuvo.

Fuente: El Heraldo

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