DIOMEDES EL CACIQUE DE TODOS… EL MAS GRANDE…!!!!

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Como el ninguno, como el Cacique nadie, como cantautor el mejor. Únicamente el, escribe y canta epístolas que van de lo primitivo a lo existencial. El deleita al campesino y colma la fauna de alegría. Diomedes despierta lo bello, lo limpio, lo familiar, lo alegre y lo sentido que hay dentro de todos. Es tan buen cantante, que hasta sus saludos tienen melodía.

En otras palabras, cuando el habla, también canta. El es un inmenso collage de sentimientos y espiritualidad musical y cotidiana.

El es el aliado perfecto que con sus canciones expresa a nuestras mujeres lo que nosotros olvidamos o no nos atrevemos a decirles. El ha sido cómplice de nuestros pininos en el amor. Sus canciones despiertan y declaran lo que nuestro corazón calla o no se decide a revelar. Por sus melodías saltamos de alegría, aprendemos de la vida, enamoramos y pedimos perdón.

Sus canciones, picarescamente, nos hacen «suicidar» con un revolver de bollo e yuca, beber mientras las vacas paren o conseguir nuestras metas, pidiendo vía como carro nuevo en carretera destapada. Junto a Diomedes gritamos vivas a la vida y muerte a los pesares. Seguro estoy que al compás de sus melodías hemos brindado nuestra mejor sonrisa de enamorado, gastado lo que no podíamos, pero también, conquistado amores que creíamos imposibles.

Ha sido nuestro profesor. En sus canciones hemos aprendido historia, geografía, religión, erotismo y sociología. Pero también fe, gratitud, amor, amistad y vida. Con Diomedes nos convencimos que, a veces, no es suficiente un solo corazón. Y que, el 26 de mayo, todos estamos de cumpleaños.

Diomedes es y será siempre un guerrero invencible, respaldado por un ejército que se bate como arcángeles. Su fanaticada no es inferior a el. Son dignos. Todo se lo perdonan. Todo se lo soportan, todo lo sufren con el. Lo protegen.

Soporto casi diez años sin verlo y sin escucharlo en vivo. Fue incapaz de serle infiel. Es el verdadero e invencible amor. De eso no hay duda. Mientras su fanaticada este a su lado, el nunca será un perdedor.

El es el sencillamente el As. Estaba predestinado a ser el mejor. Como cantante o como zapatero. El no es un académico, pero es un sabio. Con errores, pero sabio, como los de su tierra guajira. Nadie puede negar que la parte blanca, noble y buena de la vida de Diomedes es densa y gigante.

Superior a la otra. Diomedes se lo merece, por ser el número uno, el norte, «el monstruo». Por ser nuestro, de nuestra familia. Por ser el Cacique de una colosal y fervorosa tribu que hecho raíces, que crece y se extiende imperturbable hacia la inmortalidad, ejecutando una tarea grande, pésele a quien le pesare. Escrito Por Fino.

Toño De León