El acordeonero regaló un lote de su propiedad a familias de escasos recursos que lo invadieron.
El reconocido acordeonero, Rolando Ochoa, recibió un llamado urgente donde le avisaban que un grupo de personas estaba invadiendo un lote de sus tierras ubicadas en el corregimiento de Aguas Blancas, muy cerca de Valledupar.
Al llegar al lugar junto con su esposa, Juliana Ortiz, se dieron cuenta que se trataba de familias muy humildes y que allí habían niños, escena que conmovió el corazón de la pareja y que los hizo tomar una apreciable decisión: Permitir que los invasores vivieran allí de manera legal.
La felicidad llenó los corazones de estos padres y sus hijos, razón por la que, como en forma de agradecimiento, bautizaron el lugar como «El Barrio R8».